viernes, 10 de septiembre de 2010

Clase N0. 1.




CURSO DE APOLOGETICA
 2 de setiembre

Conviene saber que una apología es una defensa, puede ser escrita u oral.
Apologética viene del latín tardía apelogeticus. La apología es una ciencia que expone las pruebas y fundamentos de la verdad de la religión católica.

Como gran objetivo a lo largo del curso está, conocer mejor la Palabra de Dios para conocerlo mejor a Dios, porque solo el que conoce puede amar y solo el que ama conoce verdaderamente.

Como objetivos intermedios están.
1. Entender el designo de Dios para la humanidad, al revelarse a la humanidad a través de su pueblo.

2. Conocer cómo se escribió la Sagrada Escritura, cómo surge, cómo debo leerla.

3. Escudriñar el Antiguo Testamento para descubrir en él, las promesas que se cumplirán en el Nuevo Testamento, específicamente sobre temas que son actualmente conflictivos, o de los cuales no sabemos dar razón.

4. Reconocer la importancia de la Sagrada Escritura en la liturgia, y aprender a leer la Biblia, decantada, destilando la Palabra de Dios para que ella tenga un efecto performativo en nuestra vida.

Hoy vamos a hacer un recorrido por la historia de la salvación, que es la historia del pueblo de Israel, y que es también nuestra historia de forma particular.

1. ¿Dónde comienza la Historia Sagrada?

La historia sagrada comienza con la creación. En ella Dios actúa como pedagogo. Pedagogo no es solo el que enseña, sino el que acompaña al alumno hasta que alcanza cierta madurez.
Encontramos en la historia del pueblo de Israel un recorrido donde Dios va dando respuesta a las interrogantes que el pueblo hace. Sobre el origen del hombre, la creación, el mal, la muerte, la vida después de la muerte, el sufrimiento del justo, etc.

También el sentido de su propia conciencia como pueblo, y del conocimiento de Dios que se hace más claro poco a poco, hasta llegar a revelarse completamente en Jesucristo. Imagen visible de Dios invisible.

Dentro de esta pedagogía divina, se ve que la vida del hombre es una respuesta a la llamada de Dios. Es un estira y encoge entre la fidelidad y la infidelidad del pueblo ante un Dios que permanece siempre fiel.

Para nosotros también es válido este proceso, porque Dios nos ha llamado, nos ha elegido, nos hace una promesa, una ley que sella con una Alianza.

Este proceso de elección, llamada, promesa, alianza y ley es también nuestra historia personal, y la historia de la humanidad hasta la consumación de los tiempos. Como personas miembros de un solo pueblo –Iglesia- que espera su plenitud en la Jerusalén Celestial. Apoc 21, 10-14.

En el momento en que Su Palabra se hace carne, y Dios irrumpe en la historia del hombre “poniendo su tienda entre nosotros”, ese pueblo se trasciende a sí mismo en la Escritura, recibe de Dios su propio ser porque es Cristo quien funda la Iglesia, y la sostiene –Cristo es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia- Col 1, 18 y el Nuevo Pueblo de Dios es ahora sujeto vivo de la Escritura; en él, las palabras de la Biblia son siempre una presencia.

Para poder entender la Sagrada Escritura debemos comprender no sólo el espíritu con que fue escrita, las costumbres, cultura, lenguas, épocas, sino debemos considerar la Biblia como una unidad, donde Cristo es el centro de ella.

Debemos remontarnos al origen de los textos, de la historia, colocar los acontecimientos en su historia, para luego completar este camino hacia atrás con un movimiento hacia delante. Porque solo entendemos a plenitud la revelación desde Cristo, por eso decimos que en el Antiguo Testamento está escondido el Nuevo y el Nuevo es la plenitud del Antiguo.

2. El designio amoroso de Dios.

Si decimos que la historia de la salvación comienza con la Creación, veamos qué nos dicen los tres primeros capítulos del Génesis.

Nos dividimos en tres grupos.
Grupo A.
Gn 1- 2,4.

Primer relato, preguntas.

1. ¿Cuántas veces dice “Dijo Dios”?
2. ¿Cuántas veces dice “Vio Dios que era bueno”?
3. ¿Que significa “en el principio”?
4. ¿Por qué crea Dios?
5. ¿San Jerónimo y San Atanasio en qué pasaje ven la presencia del Espíritu Santo?.

Grupo B.
Gn 2, 4-25.

Segundo relato, preguntas.

1. ¿qué significa el árbol del conocimiento del bien y del mal?
2. ¿cuál es el contenido del primer mandamiento dado al hombre?
3. ¿reciben los animales el soplo de Dios?
4. ¿qué significa que el hombre no tiene una ayuda idónea, una especie de servilismo?
5. ¿qué significa que la mujer fue formada de la costilla?
6. ¿por qué crea Dios?

Grupo C.
Gn 3, 1-ss. o Gn 3, 1-24.

La tentación, preguntas.

1. ¿Cuál es el contenido del primer mandamiento?
2. ¿Quita el mandamiento la libertad, eran libres a pesar de la prohibición?
3. ¿Cuál era la consecuencia de la desobediencia?
4. ¿Es el pudor consecuencia del pecado? ¿por qué cree que surge?
5. Describa los pasos de la tentación, hasta la consumación de la misma.
6. Enumere las causas del pecado en la relación hombre-mujer.

tiempo aproximado 20 minutos/ 5 minutos de lectura, 12 minutos para las preguntas.

Generalidades.

1. La lectura y el análisis ¿cómo nos resultaron?, lo comprendimos todo, ¿hubo textos oscuros para el entendimiento?
2. No podemos solamente analizar la Escritura. Es importante conocer las costumbres del pueblo.
3. Leer la Escritura según la Tradición de la Iglesia, por eso he citado a los Padres de la Iglesia.
4. Sobre todo leerla como una unidad, a la luz de Cristo, con la luz de la Iglesia, según la Tradición de la Iglesia.

Existen dos relatos porque uno es más antiguo que el otro, proceden de dos tradiciones distintas, recordemos que antes de que una palabra se ponga por escrito primero existe la tradición oral, palabras y hechos. No olvidemos la época, no existía el papel, ni el lápiz!

En el primer relato se destaca la trascendencia divina sobre todo lo creado y utiliza un estilo esquemático, se atribuye a la “tradición sacerdotal”. El segundo es el más antiguo y se atribuye a la tradición “yahvista”, habla de Dios en forma antropomórfica, y presenta un estilo más vivo y popular.

Son dos modos distintos en los que la Palabra de Dios, sin pretender una explicación científica de los comienzos del mundo y del hombre, ha expuesto, de modo adecuado para su comprensión, los hechos y verdades fundamentales de los orígenes, sobre todo ordenado al fin, que es nuestra salvación.

Tres cosas se afirma en estas primeras palabras.

a. El Dios eterno ha dado principio a todo lo que existe. Sólo El es creador, el verbo “crear” –en hebreo bará- tiene siempre por sujeto a Dios. Cielo y Tierra significa la totalidad de lo que existe, es decir que todo recibe y es sostenido en su ser por Dios.

A la luz del Cristo vemos cómo Dios creó todo por el Verbo Eterno, su Hijo amado. Jn 1,1; Col 1, 16-17. Y entendemos la Creación como obra de la Santísima Trinidad.

b. Dios creó el mundo movido por su amor y sabiduría, para comunicar su bondad y manifestar su gloria. El mundo, por tanto, “no es producto de una necesidad cualquiera, de un destino ciego o del azar. Creemos que procede de la voluntad libre de Dios, que ha querido hacer participar a las criaturas de su ser, de su sabiduría y de su bondad. CEC 295.

c. La presencia del poder amoroso de Dios, simbolizado en un viento suave, o un soplo –el texto lo llamo “espíritu”, en hebreo ruaj-, muestra que el origen del ser y de la vida de toda criatura, de manera tal que San Atanasio y San Jerónimo, hayan visto reflejada en este pasaje, la presencia del Espíritu Santo como Persona divina.