miércoles, 17 de marzo de 2010

HISTORIA DE LA IGLESIA APOLOGETICA



Objetivos:

1. Vamos a descubrir cómo la Iglesia está dispuesta desde el Antiguo Testamento, cómo su fundación es la voluntad de Dios desde que anuncia la salvación Gen 3,15.

2. Analizaremos varios pasajes para entender la prefiguración de las Alianzas del Antiguo Testamento y cómo se cumplen en el Nuevo Testamento.

3. Nos daremos cuenta, a través de la lectura de los 2 primeros capítulos de los Hechos, cómo la Iglesia es una, santa, católica y apostólica, las 4 notas de la Iglesia, y cómo descubrimos otras 2 características adicionales, Mariana y Eucarística.

4. Estudiaremos lo que significa la palabra cannon, y la formación de cannon especialmente de los libros del Nuevo Testamento.

Hagamos una recopilación de la historia del pueblo de Israel. Es el pueblo al que Dios se revela. Es a este pueblo al que le dice que hay un solo Dios.

1. Gn 3,15.

Pondré enemistad entre ti y la mujer; entre tu linaje y el suyo, él te herirá en la cabeza, mientras tu le herirás en el talón

  1. Una lucha constante entre la descendencia y Satanás.
  2. El anuncio explícito de una Alianza.
  3. Una alianza que se consumará con el sacrificio de Cristo
  4. Una mujer que es figura de María tanto como de la Iglesia.

Una primera alianza con Noe
Gn 9, 9-17
He aquí que yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestra descendencia.

Esto sucede luego del diluvio. Con el arca tenemos un figura clarísima de la Iglesia.
Los que se salvan son los que están dentro del Arca.
Se convierte así el agua de símbolo de muerte y de vida; esto se acentuará con el paso por el Mar Rojo, cuyas aguas fueron causa de muerte para los egipcios, y de salvación para los israelitas.

Este mismo simbolismo está presente en el bautismo en el cual, Dios borra el pecado y hace renacer al hombre a una nueva vida.
1 Pe 3, 20-21

El hecho de que sea Dios quien mande a Noe a hacer el Arca es significativa, sobre todo cuando los estudiosos han descubierto que las medidas de su longitud, altura y anchura con un símbolo del cuerpo humano. Y la puerta abierta en un costado del arca significa, indudablemente, la herida que la lanza abrió al atravesar el costado del crucificado. (San Agustín).

Luego viene la escogencia de un pueblo. Con Abraham.
Gn 17, 9. 13.
Esta es mi alianza con vosotros y con tu descendencia
futura que habéis de guardar: circuncidaréis a todos
vuestros varones; os circuncidaréis la carne del
prepucio…y mi alianza está en vuestra carne como
Alianza perpetua.


Hay un descendiente Isaac.

Jacob. 12 hijos, 12 tribus.
José vendido por sus hermanos. Se establece en Egipto
Luego de la hambruna, llegan a Egipto y se quedan.
Los esclavizan. Las plagas 10 plagas.

La última es la más significativa porque Dios establece la Pascua.
Cordero, sangre, panes ácimos, hierbas amargas. No le quebrarán ningún hueso.

Noche de vela fue ésta para el Señor, para sacarlos de Egipto; noche de vela en honor del Señor será para todos los hijos de Israel, de generación en generación. Ex 12, 42. Vigilia Pascual.

Ningún extranjero podrá comerla….Si un extranjero quisiera celebrar la Pascua del Señor, que se circuncide él y todo varón de su familia. Ex 12, 43. 48. No se puede comer sin estar bautizado.

Y cuando vuestros hijos os pregunten qué significa este rito para vosotros, responderéis: Este es el sacrificio de la Pascua del Señor,…
Ex 12, 26.

La pregunta de los hijos sobre el significado del rito muestra la importancia de la transmisión oral de la Tradición. Las generaciones sucesivas conocerán el sentido profundo de la Pascua no por documentos escritos, sino por lo que de palabra aprendían de los mayores.

Luego viene la Alianza con Moisés en el Sinaí. Éxodo 19,5

Ahora pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza,
seréis mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.

Éxodo 24, 8

A continuación tomó Moisés sangre y roció con ella al pueblo diciendo: Esta es la sangre de la Alianza que ha hecho el Señor con vosotros de acuerdo con todas estas palabras.

Alianza-Sangre-Entrega vida.

Pero como los hombres no fueron capaces de guardar esas sucesivas alianzas Dios prometió, por boca de los profetas, establecer en los tiempos mesiánicos una nueva alianza: Pondré mi ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos mi pueblo. Jr 31,33.

Vemos el deseo de Dios de establecer una alianza con un pueblo que fuera de su propiedad, santo, consagrado, de sacerdotes, cuya ley estuviera ya no escrita en tablas de piedra sino en el corazón.

Es Dios quien quiere comprometerse con nosotros, es Él el que busca que le amemos.

Será el mismo Cristo quien selle esa Alianza definitiva y perfecta con su Sangre,
Mt 26, 26 “Mientras cenaba, Jesús tomó el pan, y después de pronunciar la bendición, lo partió, se lo dio a sus discípulos y dijo: Tomad y comed esto es mi cuerpo…Bebed todos de él: porque ésta es mi sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por muchos para la remisión de los pecados”.

La única vez que Cristo pronuncia la palabra Alianza lo hace cuando establece la eucaristía.

La celebración del sacrificio único de Cristo en la Eucaristía es incruento, del mismo modo que en la Última cena, pues en definitiva lo que nos da la salvación no su sangre, sino su amor, y por ese amor es capaz de derramar hasta la último gota de su sangre. Este matiz es importante.

En resumen, Dios forma un pueblo con el que establece una alianza, de donde nacerá el redentor prometido desde el Génesis, quien sellará definitivamente esa alianza con su propia sangre para el perdón de los pecados de todos los hombres, a través de la Iglesia el Nuevo Pueblo de Dios, que no camina ya hacia una tierra prometida en este mundo, sino hacia una patria celestial.

LA IGLESIA EN EL NUEVO TESTAMENTO.

¿Cristo vino a salvarnos o a fundar la Iglesia?
¿vino a predicar el Reino de Dios, y no habló de la Iglesia?
¿tuvo la intención de formar la Iglesia, o fue algo con lo que salieron los apóstoles por conveniencia organizativa?
¿Quiso establecer en realidad una Iglesia “puramente espiritual” sin jerarquía ni estructura visible?

LA IGLESIA EN EL NUEVO TESTAMENTO.

Tenemos que decir que Jesús no tuvo un acto fundacional para establecer la Iglesia, la fundó en un proceso por las obras y por las palabras. Cabría preguntarse ¿tenía intención Cristo de fundar la Iglesia o más bien de anunciar la llegada del Reino de Dios? ¿No quiso establecer en realidad una Iglesia “puramente espiritual” sin jerarquía ni estructura visible?

Analicemos varios pasajes.

Mt,  16, 18-19

“Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto ates en la tierra quedará atado en el cielo, y cuando desates en la tierra quedará desatado en el cielo.”

1. Firme intención de fundarla
2. Cristo anuncia la existencia de una jerarquía humana visible cimentada sobre Pedro.
3. La Iglesia durará por siempre y nada ni nadie podrá destruirla.
4. Será gobernada por Pedro, y poseerá plenos poderes de salvación, porque administrará los méritos de todos los santos, de la Virgen María, en unión a los de Cristo, en lo que llamamos la economía de la salvación.
5. Atar y desatar: Jesús promete tal grado de vinculación con Pedro y con los apóstoles a quienes extenderá los poderes, que las determinaciones de la Iglesia tendrán valor decisorio ante Dios.  Mt, 18, 18.
6. Las llaves y una túnica indican dignidad leer Isaías 22, 21-22.
Jesús  hace referencia a este pasaje cuando designa a Pedro como autoridad máxima.

El número de apóstoles que Cristo escoge ¿es casual?. No, el pueblo de Israel estaba conformado por 12 tribus, y si la Iglesia es la nuevo pueblo de Dios, por eso Cristo escoge 12 apóstoles de quienes dice Mt 19, 28.

“también os sentaréis sobre 12 tronos para juzgar las 12 tribus de Israel

Por eso el único apóstol que se sustituyó fue Judas. Vemos que el primero que murió mártir fue Santiago, y este ya no se sustituyó.

Luego vendrá en Pentecostés la manifestación pública de la Iglesia.
Este relato está lleno de simbolismos Pentecostés era una de las 3 grandes fiestas que se celebraba 50 días después de la Pascua y muchos peregrinaban a la Ciudad Santa. Su origen era festejar el final de la cosecha y dar gracias a Dios por ella y también ofrecer las primicias. Después se añadió el motivo de conmemorar la promulgación de la Ley dada por Dios a Moisés en el Sinaí.

Tenemos que en este momento de gracia Dios por medio de su Espíritu Santo escribe su ley en nuestro corazón según lo dicho por el profeta Jeremías 31, 33, pasaje arriba citado. El ruido, como de viento, y el fuego evocan precisamente la manifestación de Dios en el monte Sinaí Ex 19, 16.18 cuando Dios, al darles la ley, constituyó a Israel como pueblo suyo. Ahora con los mismos rasgos se manifiesta a su nuevo pueblo, la Iglesia. Fue por fin cumplida la prefiguración de la unión de los pueblos en la catolicidad de la fe, por la Iglesia de la Nueva Alianza que habla en todas las lenguas, comprende y abraza en el amor a todos los hombres.

Entonces Cristo fundó:  una Iglesia, santa apostólica, católica, éstas son las 4 notas pero también es una Iglesia, eucarística y mariana.  Es santa porque su fundador es santo.

Si estudian con detenimiento los dos primeros capítulos de los Hechos de los apóstoles se van a dar cuenta.  Hechos 1, 7 testigos hasta los confines de la tierra: una Iglesia unida, católica, hasta los confines de la tierra. Hch 1, 14. Todos perseveraban unánimes en oración con María: Una Iglesia mariana.

En la cultura monárquica del pueblo Hebreo, la Reina no era la esposa del Rey sino la madre del Rey. Jesucristo era para ellos el Rey. En Lucas él nos menciona que “El heredará el trono de David, su reino no tendrá fin”. En la cruz se dice que es la causa de su muerte INRI, Rey de los judíos. Luego los primeros cristianos morían porque no podían confesar la realeza ni la divinidad del César, porque Jesús era su único Rey. Por lo tanto, en aquella primera Iglesia se refieren a María como la Reina. Ellos sabían que María era la Reina y por eso la mencionan por su nombre, si confrontamos el pasaje de Apoc 12, vemos una mujer coronada de 12 estrellas. Esta mujer es tanto la Iglesia, como María, prefiguradas desde Génesis 3. Además está coronada de 12 estrellas, porque ella es la Reina del Nuevo Pueblo de Dios, regida por 12 apóstoles, ver cita de Mateo y pasaje paralelo del Apocalipsis. Y si hablamos de la Iglesia, nos damos cuenta de la apostolicidad porque son 12 las estrellas que están por encima de la mujer que en este caso, sería la Iglesia.

Hechos 2, 42. Perseveraban asiduamente en la doctrina de los apóstoles, una Iglesia apostólica, bajo una sola doctrina, (confrontar con Efesios 4,4 ss); y en la comunión, en la fracción del pan, (así se le llamó a la Eucaristía en un inicio) y en las oraciones: Una Iglesia Eucarística y articulada en un solo Cuerpo. Esta Iglesia es Universal, es decir Católica, para todos los pueblos; además se refiere a María como una Reina.

Tras la solemne irrupción del Espíritu, aquellos primeros fieles de la Iglesia perseveran y manifiestan rasgos del nuevo Pueblo de Dios: palabra y sacramento, o pan y palabra, aparecen aquí como fundamentos del edificio vivo de la Iglesia. Lucas, pues, nos ofrece así el panorama de la vida naciente de la Iglesia como instrumento universal de salvación.


Más elementos para hablar de la apostolicidad:
Efesios 2,20  …”sobre el fundamentos de los apóstoles” Si esa autoridad apostólica se dio solo con los primeros 12 apóstoles, entonces Jesús falló, porque El prometió estar con la Iglesia hasta el fin, Mt 16.

Sucesión apostólica
a) 1 Tim 4. Con la imposición de las manos, así se mantenía la sucesión, con este gesto que implicaba el traspaso de la autoridad.
b) Hechos 6 Nos habla de la primera ordenación de diáconos.

Entonces podemos decir que Jesús quiere que haya un orden jerárquico y que nos refiramos a un criterio de autoridad para saber qué creer y cómo creer.

En Hch 15, 28 Habla sobre el problema con los judaizantes y la circuncisión y ritos de la ley judía. Vemos que la Iglesia no es democrática es apostólica. Pablo y Bernabé descendieron a Jerusalén a consultar con los apóstoles y Santiago (que era Obispo de Jerusalén) dice “nos ha parecido bien”. La Iglesia tiene derecho a dirigir a las personas porque habla con la autoridad de los apóstoles, habla con la fuerza del Espíritu Santo.

¿PARA QUE EXISTE LA IGLESIA?.
Confesamos en el credo que Jesucristo bajó del cielo por nosotros los hombres y por nuestra salvación.

Hch 4, 12. Y en ningún otro está la salvación; pues no hay ningún otro nombre dado bajo el cielo dado a los hombres, por el que tengamos que ser salvados.

Si Dios se sirvió de la humanidad santísima de Cristo para darnos la salvación, a través de la muerte y resurrección de su Hijo; éste se vale de la Iglesia para perpetuar su misión en el mundo a través de la historia.

Si en Cristo reside la plenitud Col 1, 19, y Cristo es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia Col 1, 18; en la Iglesia que es su cuerpo, reside la plenitud de los medios de salvación. La Iglesia salva, en definitiva, en cuanto es portadora de plenitud de los poderes y de los medios de santificación con que Cristo la dotó.

Mt, 28, 19-20
Tengo todo el poder, ahora ustedes vayan bauticen, y enseñen todo lo que yo les he enseñado, yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo.

Nada se entiende de la Iglesia si no se considera la necesidad que tiene el hombre de ser salvado. Pero el relativismo que tiene como premisa la ausencia de la verdad, donde nada es pecado, hace innecesaria la salvación, por lo tanto no se necesita redentor. Lo que se podría definir como una gradual secularización de la salvación.


Resumen:
Fue voluntad de Dios santificar y salvar a los hombres, no aisladamente sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que es la Iglesia, Y EL quiso fundarla, Jerárquica y monárquica. Papa, obispos, presbíteros, laicos.

No basta con estar en la Iglesia y dejar que pasen los años. Filp 2, 12. “Trabajad por vuestra salvación con temor y temblor.”

Santidad y salvación son términos equivalentes. No es que salvación sea pasar con el mínimo, mientras que santidad un esfuerzo por sacar cuadro de honor. Al cielo nadie entra a escondidas o por despiste. “Porque sin santidad nadie verá al Señor”. Hebreos.

Tenemos en la Iglesia todos los medios, debemos aprovecharlos, porque al que mucho se le dio mucho se le pedirá.

Por último pero no por eso menos importante nuestra religión católica, no es la religión del libro, nuestra vida es una relación íntima y profunda con una Persona, Cristo. Esa intimidad se logra por la gracia, que en definitiva es la vida de Cristo mismo. Esto quien lo realiza en nosotros es otra Persona, el Espíritu Santo.








Canonicidad e inspiración. – Si bien los términos canónico e inspirado son equivalentes bajo muchos conceptos, sin embargo, canonicidad e inspiración se distinguen formalmente. De hecho, todos los libros canónicos están inspirado, y parece que no existe ningún libro inspirado que no haya sido recibido en el canon de las Sagradas Escrituras. Sin embargo, un libro es inspirado por el hecho de tener a Dios por autor, y canónico, en cuanto que fue reconocido por la Iglesia como inspirado. Por consiguiente, la canonicidad supone, además del hecho de la inspiración, la declaración oficial de la Iglesia del carácter inspirado de un libro. Esta declaración de la Iglesia no añade nada al valor interno del libro, cuyo valor canónico procede precisamente de su inspiración, pero confiere al libro sagrado una autoridad absoluta desde el punto de vista de la fe y lo convierte en regla infalible de la fe y de las costumbres. Pero no por eso se le puede llamar, sin más, canónico sino después de la declaración de la Iglesia, hecha implícita o explícitamente. Según esto, los libros deuterocanónicos (en el próximo punto tratamos sobre ellos), que eran inspirados y tenían verdadera virtud reguladora, no fueron reconocidos por todos como canónicos sino en un segundo tiempo, después que la Iglesia los recibió en el canon[1].

Esta es la doctrina enseñada por el concilio Vaticano I: “La Iglesia tiene los (libros del Antiguo y Nuevo Testamento) por sagrados y canónicos no porque, habiendo sido escritos por la sola industria humana, hayan sido después aprobados por su autoridad, ni sólo porque contengan la revelación sin error, sino porque, habiendo sido escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios por autor, y como tales han sido entregados a la misma Iglesia”[2]. Lo mismo afirman León XIII en su encíclica Providentissimus Deus (18 noviembre 1893) y Pío XII en la encíclica Divino afflante Spiritu (30 septiembre 1943).





[1] La declaración de la Iglesia sobre la canonicidad de un libro no es necesario que sea hecha solemne ni explícitamente; basta que la Iglesia en la práctica los haya tenido siempre como inspirados.
[2] EB n. 77.